Sam Bennett gana al embalaje a Groenewegem; Nairo y Egan se mantienen en la general
Este martes nuevamente las caídas fueron protagonistas del día.
El irlandés Sam Bennett (Bora Hanshroge) ganó la tercera etapa de la París-Niza, entre Cepoy y Moulins-Yzeure, con un recorrido de 200 kilómetros, y evitó así el triplete del líder de la carrera, el holandés Dylan Groenewegem (Jumbo Visma).
Aunque atacó Groenewegem en busca de su tercera etapa, el irlandés nacido en Bélgica hace 28 años salió a su rueda y tuvo fuerzas para imponerse con autoridad, en la que fue su tercera victoria de la temporada tras las alcanzadas en la Vuelta a San Juan y Tour de los Emiratos.
Bennett, que ya alzó los brazos en la "carrera del sol" en 2017, se impuso con un tiempo de 5h.16.25 por delante del australiano Caleb Ewan (Lotto Soudal) y del holandés Fabio Jacobsen (Deceuninck). Groenewegem, vencedor en las dos primeras etapas, fue noveno.
El esprinter del Jumbo mantuvo las diferencias en la general, con 6 segundos de ventaja sobre el polaco Michal Kwiatkowski (Sky) y 11 respecto al español Luis León Sánchez (Astana), segundo y tercero, respectivamente.
Una jornada para esprinters, más tranquila que las dos anteriores marcadas por el viento, los abanicos y las caídas, y que terminó con un retraso de casi 50 minutos. Una tregua a 37 por hora de media en la que no faltaron los sustos, como el enganchón que terminó con Marc Soler y Jon Izagirre en el suelo en el kilómetro 3.
Hubo intentos de escapada, pero el control del Jumbo Visma del líder marcó la disciplina del grupo, empeñado en buscar un triplete histórico de Groenewegem. Dos hombres del Delko Marseille, Ramunas Navardauskas y Alessandro Fedeli (Delko Marseille) llegaron a tener 5 minutos de adelanto en el kilómetro 65, pero en el 162 fueron cazados.
Entonces ya se había retirado el italiano Fabio Aru, el líder del Emirates y ganador de la Vuelta 2015. Una París-Niza accidentada, con 11 abandonos en 3 días. Luego una caída masiva volvió a alterar la calma. Medio pelotón quedó atrapado en el estrechamiento de un puente a 32 de meta.
El otro medio esperó, ya en plena fase de aproximación a Moulins-Yzeure, pequeña comunidad de Auvernia. El Sky decidió asfixiar a grupo principal con un ritmo tremendo que enseguida provocó cortes. A 7 de meta la escuadra británica con Rowe, Kwiatkowski y Bernal, dirigía las operaciones con autoridad, implacable, aprovechando la entrada del viento por la derecha.
Finalmente hubo reagrupamiento a 2 kilómetros de meta, con un esprint ya cantado. El Groupama puso su tren para Demare y el Bora, para Bennett. Cuando Dylan Groenewegem quiso llevar la voz cantante se encontró con el irlandés, que llegaba desde atrás imparable. Rompió el pronostico y evitó el triplete de su rival.
La cuarta etapa se disputará este miércoles entre Vichy y Pélussin, con 211 kilómetros de recorrido y perfil ondulado.
EFE